Fueron cinco
años, que no sé cómo pasaron, cinco años en que fui parte en su formación,
junto a todos sus profesores, en que los traté de guiar de la mejor forma y de acuerdo
a mis posibilidades a terminar este ciclo en sus vidas. Y aquí estamos hoy,
llegando al final de esta hermosa etapa que ustedes ansiaban culminar para enfrentar su futuro.
Llegó el
momento de despedirnos y ver cómo cada uno de ustedes comenzará su peregrinaje
por nuevos rumbos, que sin duda serán caminos que los guiarán al éxito, pero no
se olviden que para recorrer esos caminos deben “tener sueños y saber
transformarlos en metas reales”, “tener una actitud positiva frente a la vida”,
“dedicación”, “ambiciones”, “confiar en que Dios siempre los iluminará” y por
sobre todo “confiar en ustedes mismos”, porque sé que son capaces de hacer bastante
más de lo que pueden… y si algún día se equivocan, que eso no sea impedimento
para seguir, pues “es válido equivocarse e insertar la corrección oportuna”. Y
no se olviden que deben luchar para que “sus sueños se hagan realidad y siempre
se colmen de felicidad y sabiduría.
Queridos
alumnos, es el momento de demostrar por sí solos lo que son capaces de hacer,
tener confianza en sus habilidades, explotar sus potencialidades, utilizar las
herramientas entregadas para construir un mundo mejor, ser buenas personas,
honestas, serviciales, buscar siempre la verdad sobre la base de la razón y por
sobre todo ser felices, les deseo de corazón lo mejor… J